No podemos asegurar que el paradigma en aplicación producirá nuevos conocimientos de excelencia, no obstante la intencionalidad y contundencia de su objeto, pero puede conjeturarse que al generar nuevas síntesis en cada segmento institucional, se empezará a cumplir un designio relevante para la orientación del conocimiento y la racionalidad de la acción. Entre los avances endógenos, -interiores a la propia investigación- tendientes al desarrollo de futuras investigaciones destacamos los siguientes:

Más confianza psicológica.- Cada individuo recibe de su cultura las pautas y normas que están en la base de toda convivencia. Por tal razón, las personas parecen sentirse más confiadas cuando están seguras de que su actuación se basa en una certidumbre intelectual; y hasta parecen más propensas a emprender vastos proyectos de conjunto cuando están convencidas de que les asiste un conocimiento influyente y aceptado. La Cultura institucional contiene elementos “totalizadores” con suficiente veracidad y solvencia como para que los compuestos que hacen las diferencias puedan sentirse acogidos en el conjunto. El nuevo paradigma, en fin, proporciona nuevos ángulos para entender mejor los problemas donde ellos se presentan, fija nuevas escalas para jerarquizar los saberes particulares, posibilita una amplificación de la inteligencia sin tener que emplear habilidades excepcionales, promueve lazos psicológicos para articular el conocimiento con la acción. Mediante el “estudio de caso” podrá ponerse a prueba lo que hasta ahora es una simple conjetura.

Mayor productividad científica.- Como previsión fundada se sostiene que el nuevo paradigma analítico aplicado al conocimiento identitario puede generar beneficios del siguiente tipo: mayor densidad y consistencia a la labor de los científicos, académicos y pensadores en general; orientación direccional de los “estados del arte” en cada campo del conocimiento; disponibilidad de configuraciones selectivas e integradas en beneficio de todos los saberes; asignación de prioridades útiles para la organización de complejos de investigación, desarrollo, transferencia y aplicación. La sabiduría, anterior al conocimiento, es una guía plausible para abordar problemas, presentar diagnósticos e intentar explicaciones. La consulta a los especialistas dará cuenta de estos eventuales beneficios presentados a título de mera presunción.

Aplicación a todos los escenarios.- La herramienta analítica puesta a disposición de las identidades culturales contiene las propiedades más efectivas para ser aplicadas a las más insospechadas manifestaciones de la Cultura institucional. Bastaría con mencionar tan sólo algunas configuraciones culturales vigentes en la sociedad argentina actual. Así, se podría incursionar en las expresiones civilizatorias llamadas neoliberalismo; neonacionalismo; neomarxismo; posmodernidad. Se podría intervenir en cosmovisiones religiosas como catolicismo, judaísmo, protestantismo, islamismo. Se podría aplicar a culturas políticas como radicalismo, peronismo, socialismo, conservadorismo. La captación de los escenarios culturales alcanzados a través de la “nueva dirección de la mirada” es un salto en calidad muy útil para su aplicación a campos dinámicos y cambiantes, si se tiene en cuenta que cada expresión cultural identitaria se crea y recrea en función de sus propias necesidades, desafíos y respuestas. La magnitud del universo no sería obstáculo para avanzar en apoyo de una ajustada constatación.

Innovación en el conocimiento.- La visión global que singulariza a la Cultura institucional es, además, una pieza maestra para el avance del conocimiento. En un sentido, se esperan importantes reformas en los modos de percepción para poder instalar el conocimiento general desde lo particular; pero, en otro sentido, a partir de la instalación del conocimiento general se espera una reforma de los saberes particulares. En términos de finalidad y función, los saberes particulares y específicos sirven a bienes limitados que sólo justifican una lealtad parcial; mientras que el conocimiento global y general vuelve a ser merecedor de una adhesión más plena. En fin, esta nueva alternativa del conocimiento tiene bastante que ofrecer a la sociedad en general y a sus distintos sectores en particular. Llegado el caso habrá que apoyar con evidencia empírica la justeza de estas apreciaciones.

De un modo gradual y confiable somos conducidos a creer que en una sociedad formada por individuos y organizaciones que tienen concepciones diferentes sobre el orden social deseable y que hoy conviven en el “caos de la mente” y en la “violencia de la acción”, el nuevo paradigma analítico puede ofrecer productos muy aptos para que los operadores impriman sentido de integración al conocimiento institucional y orienten eficazmente el flujo de la acción, al punto de constituir un potencial factor de cohesión social. Entre las previsiones exógenas,-ajenas al constructo científico- que pueden interesar a los actores de procesos, pueden señalarse las siguientes:

Comportamientos convergentes.- La representación ofrecida por la nueva herramienta analítica aspira a brindar criterios adecuados para interpretar la realidad y proporcionar categorías apropiadas para el mejor funcionamiento de las instituciones. El conocimiento así entendido pasa a ser una “filosofía de vida” cargada de connotaciones volitivas que, además de actuar como instancia catártica frente a las contradicciones que nos aquejan, está preparada para generar comportamientos solidarios y convergentes “con amalgama de muchas mentes y de mil prácticas”, compensando con sentido de orden y equilibrio el desorden y desequilibrio provocado por la anomia que invade cada vez más a la sociedad global. Es esta una cuestión indagable que deberá ser sometida a falsación teniendo en cuenta factores intervinientes de cierta complejidad.

Redes de vínculos estables.- La circulación de las ideas y conceptos en torno a fragmentos de la inabarcable acción humana, prodiga orientaciones decididamente necesarias en sociedades sujetas a vertiginosos cambios. Llegado el momento de las opciones institucionales a cargo de los actores de procesos, el rumbo orientado por representaciones, fines y valores, puede llegar a proyectar efectos integradores sobre posiciones en conflicto, lográndose de ese modo estabilidades provisorias, maduras y responsables. El nuevo enfoque interpretativo puede inducir vías de conciliación muy útiles en situaciones de tensión y de conflicto, porque está en su naturaleza y finalidad “tejer una red de correlaciones que acercan los hechos, de causalidades que los vinculan, de fines que los ordenan”. La validación de estas y otras constataciones análogas deberá quedar sujeta a la prueba de los hechos.

Dispositivos de cohesión social.- El solo hecho de la coexistencia y comunicación en la interioridad de una cultura institucional integrada permite promover zonas de unidad y espacios de aceptación, que al neutralizar los efectos del conflicto, ayudan a economizar las energías requeridas por todo proceso de conducción y decisión. Corresponde a los intérpretes ofrecer los instrumentos analíticos apropiados a fin de alcanzar los equilibrios necesarios entre las constataciones del ser y sus presupuestos normativos; entre los modelos de análisis y las evidencias empíricas. En síntesis, el corpus cultural identitario actuado en puntos clave por quienes disponen del conocimiento experimentado y bien probado, puede llegar a constituir un poderoso factor de cohesión, convirtiendo a la sociedad democrática en un tejido integrado por “redes regulables desde cierta posición central”. Nuevas indagaciones empíricas habrán de requerirse para sostener y corroborar esta y otras presunciones.

Extracto del libro de Alberto Castells, La cultura también importa, inédito, 2009.

Comunicación. Seminario-Taller. Maestría en Gobierno. Universidad de Palermo. Sesión del 19 de agosto de 2004.

Bajo el epígrafe referido se pasa revista, en trazos generales, a los siguientes rubros de reflexión y diseño aplicados en la primera etapa de la investigación institucional: organización del espacio de investigación; cooptación de recursos humanos; elección de un enfoque antropológico; definición del “hilo conductor”; algunas consideraciones metodológicas, por ser todas piezas de interés retenidas para el mejor ordenamiento de los futuros trabajos programados.

Organización del espacio de investigación

El grupo de investigación, trabajando en un medio plural y heterogéneo, no debía convertirse en un reducto intelectual identificado por orientaciones herméticas y cerradas que dogmatizan sobre ideas que son por su naturaleza contingentes y relativas; pero tampoco debía asociarse a corrientes científicas que por adherir a conocimientos pretendidamente neutros se sintiera emancipado y libre de toda posición valorativa. Ni una ni otra interpretación hubo de ser asumida sin una adecuada ponderación de situaciones.
Por otra parte, para construir el espacio de reflexión científica se necesitaba instalar una comunicación fluída entre investigadores que aceptaron trabajar en un medio donde coexistían múltiples culturas. ¿Esto significaba que las distintas concepciones culturales suministrarían la oportunidad de concebir un marco de comunicación dentro del cual sería posible tratar la diversidad instalada en la compleja sociedad? Aunque esta pretensión parecía francamente osada, abrigábamos confianza en la efectividad de una comunicación que facilitara el encuentro entre culturas que los propios adherentes aceptaran como legítimas y bien fundadas. En la investigación de campo se trataba de establecer espacios inconfortables pero necesarios donde se buscaba trabajar en ambientes de libre creación, con confianza en la buena fe de cada uno y respetando la recta intención de los demás.

Cooptación de recursos humanos

Una importante condición para el buen funcionamiento del nuevo paradigma apuntaba a la plantilla de trabajo encargada de animar y desarrollar las investigaciones institucionales. ¿Cuál era el perfil de investigador requerido para el relevamiento, análisis y sistematización de los contenidos de Cultura institucional? Dadas las características del nuevo paradigma, se consideró que el perfil más apto para relevar los conocimientos que conformarían el corpus de Cultura institucional correspondía a la figura del especialista sintetizador, un profesional situado en la intersección demarcada por el cuadro mayor del “generalista” y el cuadro menor del “especialista”. ¿Y cuáles debieron ser los atributos esperados? El especialista sintetizador que en su momento fuera convocado, identificaba al estudioso con visión estratégica de conjunto, esto es, con preparación suficiente para seleccionar datos relevantes de amplia generalidad y abarcamiento, y que contaba, además, con las destrezas necesarias para controlar su pertinencia y validez mediante la contrastación empírica con la realidad.

El especialista sintetizador, que en aquel momento pasó a ocupar la centralidad del espacio, es el tipo de científico que, aun cuando maneja esquemas un tanto alejados del alcance del hombre medio, arranca siempre de un conocimiento afectado por la vida real concreta que se expresa sobre lo que se ve, se vive, se siente. El especialista sintetizador que hoy volvemos a convocar, es el que consideramos más apto y mejor preparado para dominar el conocimiento en estado de aplicación, el que se sirve de él con mayor libertad intelectual y el más indicado para calificar a quienes serán invitados a iniciarse en la nueva empresa. Los atributos que en buena medida fueron satisfechos siguen hoy tan vigentes como entonces.

Un enfoque de antropología cultural

Llegado el momento de elegir la lente más apropiada para aprehender el objeto material de estudio, se privilegió la antropología cultural como la disciplina más comprehensiva para ofrecer representaciones satisfactorias de la producción social y del comportamiento humano. Producida la elección, pusimos de relieve las propiedades y beneficios que nos podía ofrecer la antropología cultural en relación con otras disciplinas también involucradas. Ante todo consideramos que, a partir de la observación empírica, la antropología cultural desempeña una función crucial para construir las imágenes globales desprendidas de nuestras cuantiosas representaciones institucionales. También ponderamos el modo holístico que la caracteriza, con arreglo a lo cual cada pertenencia individual es analizada en su contexto de totalidad, evitando el error tan frecuente de la fragmentación que impera en el conocimiento y en la acción. Advertimos, por último, que el enfoque antropológico era considerado muy a propósito para descubrir generalidades y plantear regularidades, desde y dentro de las representaciones institucionales identificadas y designadas. El enfoque antropológico, cuyos aportes aplicados al estudio de la sociedad moderna son ampliamente aceptados por los más acreditados especialistas, fue el preferido para extraer de él los métodos conducentes y llevar adelante nuestras investigaciones. Señalábamos, por último, que el enfoque antropológico entra en contacto estrecho con todas las áreas del conocimiento debido a la gran acumulación de información empírica cuyo marco natural convoca a las grandes áreas del conocimiento. Por estas y otras razones la antropología cultural quedaba nominada como la disciplina científica preferencial para dar sustento teórico y metodológico a nuestras investigaciones

Definición del “hilo conductor”

En la etapa inicial de los trabajos los investigadores retomaron el marco teórico dispuesto y delimitaron el universo informado por las Bases conceptuales. En el amplio campo de la sociedad global, la Cultura institucional pasó a constituir el universo de investigación, esto es, la superficie de máximo abarcamiento e inclusión. En su interior, el análisis y sistematización de la Cultura institucional vigente en la Argentina actual pasó a constituir la unidad central de observación.

Informados por el marco teórico, los trabajos iniciales incorporaron, como “hilo conductor” de la investigación, el concepto de representación institucional, categoría analítica definida como una noción operacional que tiende a aislar un aspecto específico de la Cultura institucional. Ese fragmento existe con referencia a la realidad global de la cultura que se expresa por un concepto central del cual la representación institucional constituye un concepto analítico derivado. Representación institucional que trata de hacer inteligible una masa de producción social y de comportamiento humano mediante el establecimiento de escenarios aptos para darles un orden y atribuirles una significación, procurando obtener una visión objetiva de la realidad, superadora de toda posición opinable y desprendida de todo juicio de valor.

Algunas consideraciones metodológicas

En la etapa inicial de las investigaciones no nos pareció apropiado proponer un método único ni exclusivo sino que preferimos asumir todas las vías y procedimientos que fueran funcionales con nuestro estudio institucional apoyado en la Visión global de la complejidad. Por lo tanto, ningún método, aunque garantizado por su validez científica, eximió a los investigadores de considerar las circunstancias concretas de cada objeto en tratamiento y de arreglar la aplicación instrumental al logro de los objetivos asignados con atención a sus propias exigencias. Esta decisión metodológica, adoptada en un contexto multicultural inescindible, fue un designio asumido con plena determinación.

La autonomía pretendida en la realización de cada investigación no impidió sin embargo que se fijaran límites para evitar toda contraposición, separación o neutralidad entre materia y forma, afirmando más bien su necesaria correlación e interacción. Correspondió a los propios investigadores el cuidado de generar las condiciones adecuadas para que los trabajos iniciales se desarrollaran, en lo posible, con la mayor calificación en orden a pertinencia, competencia y confiabilidad.

En lo que sigue no se exhibe el conjunto de tales condiciones teóricas y metodológicas, sino que sólo se presentan algunos componentes básicos que en la etapa inicial informaron a todas las investigaciones por igual, a saber: a) Atendiendo a la representación de lo real a partir de lo concreto, los primeros trabajos exploratorios aplicaron la vía inductivo-deductiva sin solución de continuidad; b) Al aplicar el nuevo aparato conceptual al campo antropológico propusimos trabajar en un nivel exploratorio-descriptivo, procurando superar tanto el conocimiento ingenuo como el conocimiento sistemático; c) Para estar en sintonía con el enfoque antropológico aplicado al modo de expresión cultural elegido, los integrantes del grupo de investigación acordaron utilizar todo el instrumental técnico que consideraron funcional para el logro de las metas asignadas en cada caso.

Conclusión

En la presentación inicial de este Directorio operativo se esbozó el mecanismo mediante el cual se fijaron las condiciones mínimas para desarrollar las investigaciones sobre Cultura Institucional. Este tipo de empresa no es común entre nosotros, aunque no faltan ingentes esfuerzos y discretos logros por parte de quienes trabajan en el estudio de las culturas.

Procede señalar que los rubros metodológicos que se han expuesto no han sido incorporados ni para resumir lo que es un extenso y complejo proceso de investigación ni para justificar su consideración en subsidio, sino tan sólo para procurar la mejor comprensión y recepción de algunos tópicos más directamente enmarcados en la lógica de este Directorio Operativo. En tal sentido se espera que los actores institucionales, entregados a sus estudios analíticos o normativos, prioricen la presentación del programa de acción que, llegado el caso, pretenden desarrollar; uno de cuyos rubros sugeridos deberá ser la ideación y diseño de un plan de investigación. Las metas a alcanzar y los medios a emplear deberían establecerse según órdenes de prioridad y en función de los objetivos que se procuran. Y aunque no es nuestra intención complicar a los responsables institucionales con tecnicismos finalmente secundarios, nos pareció que faltábamos a la objetividad intelectual si omitíamos este instrumento, experimentado y bien probado, al servicio de las disciplinas humanas y sociales requeridas de la investigación científica aplicada.

* * *

Extracto del libro de Alberto Castells, La cultura también importa, inédito, 2009.

Comunicación. Seminario de Teoría Política. Doctorado en Ciencia Política. Universidad del Salvador- 22 de agosto de 2005.

Presentación

En tiempos nada fáciles en que la globalización del planeta, la innovación tecnológica, los desastres naturales, la exclusión social,la turbulencia ideológica, el escándalo de la pobreza … anuncian una nueva configuración del mundo, presentimos que la cultura institucional volverá a revestirse de una importancia singular, entre otras razones, porque habrá que orientar el rumbo de sociedades desbordadas y de estados colapsados cuyos alcances y consecuencias son por el momento impredecibles.
En ese marco de amplias dimensiones estamos realizando estudios empíricos sobre la Cultura institucional, entendiendo por tal, la representación del entramado social que opera como el instrumental adecuado para orientar el rumbo de la sociedad compleja sometida a profundas transformaciones.
Para avanzar en la línea de investigación propuesta, relacionamos los estudios sobre Cultura institucional con el escenario estratégico de las identidades culturales -en plural- por ser ellas las que en las comunidades vinculan a quienes “comparten las mismas normas de vida, consideran una misma selección de objetos bajo el mismo aspecto; tienen las mismas opiniones sobre gran número de asuntos, generan análogos pensamientos a partir de los mismos hechos”.
Como hilo conductor de ese amplio espectro cultural sostenemos la hipótesis, no refutada, según la cual “en la sociedad plural y conflictiva la convivencia sólo es posible si a través de las identidades culturales operando mediante una red de sistemas de valores compartidos, se alcanzan los consensos necesarios sin los cuales las acciones de los hombres se abandonan a la aventura, al desorden y a la impotencia, oscureciendo las mentes, debilitando las conductas, aflojando las voluntades”. Es en ese vasto escenario de las identidades culturales donde anidarían algunos de los interrogantes mayores de la sociedad argentina actual enfrentada con los dramáticos desafíos planteados por nuestra primera gran crisis del milenio.
En este primer abordaje de nuestra empresa anticipamos algunas nociones elementales sobre los tres conceptos que ocupan la centralidad del presente ensayo, a saber: el universo global de la Cultura institucional; el paradigma llamado Visión global de la complejidad; y la representación institucional como hilo conductor de la investigación.
En cada uno de los tramos decisivos de la investigación destacamos la importancia atribuída a la Cultura institucional, esto es, la cultura de pertenencia entendida aquí como dimensión orientadora de toda acción humana realizada en libertad. Al presentar el nuevo escenario surge inmediatamente la pregunta: ¿Cuál será el lazo de unión suficientemente fuerte capaz de reunir en una misma sociedad a comunidades que atesoran intereses propios, tienen costumbres diferentes, arraigan en hábitos singulares? ¿Es posible el clivaje entre pueblos con puntos de partida múltiples y diversos? En nuestro anticipo de respuesta advertimos que una Cultura institucional que ofreciera una visión clara y fijara un rumbo cierto a la sociedad, asumiendo la pluralidad de identidades en vigencia y aceptando la autoafirmación de todas las culturas, esperando que las propiedades integradoras operasen por sí mismas, permitiría trazar un cuadro inédito y original que hoy se encuentra al alcance de nuestra imaginación.
La observación de la Cultura institucional se conecta con la llamada Visión global de la complejidad, mediación instrumental que no es el resultado fortuito de una construcción voluntarista sino la confluencia de múltiples factores que están revolucionando los modos tradicionales del conocer y del saber. Visión global de la complejidad cuya metodología “macroscópica, sistémica, perspectivista” se identifica con un abordaje científico que habiendo quedado largamente postergado, hoy es reclamado ante las apremiantes exigencias de la sociedad en crisis. En fin, dispositivo crucial para escapar de la espesa maraña de hechos y sucesos, informaciones y comentarios, tendencias y posiciones que nos desbordan y nos hunden en un mar de confusiones.
Para dar cuenta de la Cultura institucional con aplicación de la Visión global de la complejidad tomamos como hilo conductor de la observación el concepto de representación institucional, categoría analítica que se define como una noción operacional que tiende a aislar un aspecto de la Cultura institucional. Ese aspecto existe con referencia a la realidad fundamental de la cultura que se expresa por un concepto central del cual la representación institucional constituye un concepto analítico derivado. Representación institucional, en fin, que trata de hacer inteligible una masa de producción social y de comportamiento humano mediante el establecimiento de escenarios aptos para darles un orden y atribuirles una significación, procurando obtener una visión objetiva de la cultura, esto es, superadora de toda posición opinable y desprendida de todo juicio de valor.
Indagar en el universo global de la Cultura Institucional, aplicando el paradigma de la Visión Global de la Complejidad e identificando las Representaciones institucionales sería entonces nuestro aporte a tener presente por los actores institucionales -teóricos y prácticos- que quieran contribuir a fortalecer los cimientos de una Argentina que, al reconocerse a sí misma, aspira a encontrar su lugar en el concierto de las naciones

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Exposición en el Instituto de Investigaciones “Ambrosio L. Gioja”. Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Sesión del “Seminario de los jueves”. 5 de junio de 2003

El estudio de la Cultura institucional se conecta ahora con el nuevo paradigma que con propósito descriptivo hemos propuesto llamar Visión global de la complejidad, diferenciándolo de otros enfoques alternativos que con parecidas preocupaciones pretenden hacer camino en la ignara sociedad del conocimiento. Provisoriamente diremos que la Visión global de la complejidad propone un “cambio en la dirección de la mirada” y sugiere un tratamiento cultural en clave “macroscópica, sistémica y perspectivista” de frecuente aplicación en el campo de la socioantropología cultural. Enfoque “macroscópico” porque cada objeto es visualizado en su máximo abarcamiento interno y en su máxima correlación externa, por tratarse de propiedades aptas para alcanzar la integración cultural deseada. Enfoque “sistémico” en tanto y en cuanto cada componente valorativo desagregado forma parte de un conjunto mayor que le atribuye asignación y sentido, permaneciendo o cambiando en función del conjunto que lo comprende. Enfoque “perspectivista” porque se visualizan escenarios cuyo punto de vista le asigna proporciones manejables, privilegiando los contenidos más significativos, reduciendo los componentes secundarios, eliminando los detalles más triviales.
La Visión global de la complejidad -que no es el resultado fortuito de una construcción voluntarista sino la confluencia de múltiples causas que están revolucionando los modos convencionales del saber- se identifica con una tradición científica que habiendo quedado largamente postergada, hoy es reclamada ante las apremiantes exigencias de la sociedad anómica sometida a profundas transformaciones.
No obstante el aval histórico que acredita la Visión global de la complejidad, no encontramos información actualizada sobre su “estado del arte”, razón por la cual creemos justificada una indagación que dé sustento referencial a esta pieza analítica en vías de aplicación.
Dos son los núcleos cognoscitivos que dan sustento referencial a este enfoque metodológico : el contexto epistemológico que da razón de su existencia; y la analogía de los referentes comparados que acreditan su aplicación.

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Exposición en el Seminario de Teoría Política. Doctorado en Ciencia Política – Universidad del Salvador. Quinta sesión. 26 de septiembre de 2005

Al recorrer la urdimbre del tejido social, observamos el rostro de las instituciones a través de aquellas manifestaciones más salientes que marcan la fisonomía de nuestro pueblo planteando interrogantes al futuro. Tras la persistente y devastadora demolición de los últimos años ¿cuál es la fisonomía cultural de la sociedad y qué visión se tiene de sus instituciones? En la tarea de pensar al hombre, los humanistas y científicos se vuelven atrás, sobrecogidos y exhaustos por ese misterio indefinible. ¿Quiénes somos, de dónde venimos y para qué existimos?¿cuál es su significación en cada encrucijada de la historia?, son preguntas inefables prontas para el olvido. En los candentes problemas de la economía y el trabajo, las calidades del mejor diagnóstico no alcanzan a plantear -y mucho menos a resolver- los problemas generados por “modelos” voluntaristas que fundan el progreso en “el esfuerzo individual de la libre empresa” en tensión con una economía que propone “asegurar al mayor número la satisfacción de sus necesidades”. En la reforma del estado y en la acción de los gobiernos se advierten ostensibles vacilaciones entre “un estado mínimo, privatizado e inexperto en la conducción del cambio” y “un estado máximo que aspira a una presencia providente y a una gestión activa”. En la educación de la juventud, pedagogos, padres y maestros reconocen la incertidumbre que les embarga cuando tienen que decidir entre la “instrucción competitiva por el primer lugar” y la “preparación para sobreponerse a los desafíos de la vida”. En materia de fuerzas sociales se asiste a la tensión entre corporaciones que “proclaman la autonomía de la propia acción” y sectores que “pujan por la acumulación de un poder activo”. Los medios de comunicación masivos son aplaudidos por unos porque reflejan las concretas realidades de la vida y son acusados por otros porque refuerzan la perversidad de las tendencias. En el tablero de una sociedad internacional amenazada, la globalización es visualizada como “la integración final de la humanidad” o preanunciada como la “nueva guerra entre civilizaciones”. Estas y otras generalizaciones serían reveladoras de la situación de anomia que estaría cubriendo todo el arco de la cultura institucional.

Texto correspondiente al capítulo 1 “El malestar en la cultura y la crisis en las instituciones” del libro del autor El futuro también importa (…)

Exposición en el Seminario de Teoría Política. Doctorado en Ciencia Política – Universidad del Salvador. Primera sesión. 22 de agosto de 2005

El objetivo de esta primera exposición doctoral sobre el malestar en la cultura y la crisis en las instituciones, procura ofrecer un estado de situación a partir de diagnósticos disponibles, sin pretender agotar las interpretaciones que, conciente o inconcientemente, podrían llegar a responder a orientaciones unilaterales y sesgadas desde el mismo punto de partida. Un primer abordaje -El rostro de la crisis- registra las carencias de la sociedad compleja focalizadas en cinco factores que afectan la práctica institucional. Un segundo momento, explicación según sus causas generadoras, ahonda en la comprensión del fenómeno, según dos niveles referidos a la incidencia de algunos factores correctivos y a la insuficiencia de las respuestas dadas.

El malestar en la cultura y la crisis en las instituciones

  • En las oficinas, empresas, medios, organizaciones, hogares y foros se sigue hablando de la gran crisis argentina que habiendo superado las fronteras aun concita la atención -o curiosidad- de muchos países del planeta. En las usinas del poder y en los despachos oficiales todavía se padecen los efectos de la fractura institucional, mientras se asiste a los esfuerzos reparadores cuyos resultados son por el momento inciertos. En sede académica, pensadores, científicos y analistas investigan las causas de este fenomenal acontecer que pasará a la historia como la primera gran crisis del milenio.
  • Habiendo transcurrido cuatro años de aquel dramático epicentro cuyas consecuencias siguen produciendo sus efectos, los argentinos vemos agravado nuestro duelo con las nefastas predicciones sobre una inminente crisis económica mundial cuyas manifestaciones, de ocurrir, volverán a gravitar sobre las infinitas expresiones de la cultura institucional.
  • La necesidad de explicar este fenómeno de gran calibre nos lleva a dirigir una mirada interrogante destinada a identificar las secuencias y a develar los enigmas de esa “implosión cultural” donde toma sentido la crisis argentina en el concierto de las naciones. El análisis de sus factores y la explicación según sus causas, deben dar cuenta del sindrome fenomenal cuyas dimensiones y consecuencias no reconocen precedentes en la historia.

El rostro de la crisis

Para cualquier observador iniciado se hace evidente que, bajo el rostro aparente de una estructura institucional estable, subyacen tensiones y conflictos de intensa y variada especie, generadores de profundas divisiones intestinas. Tensiones y conflictos que se extienden como si fueran círculos concéntricos cada vez más amplios: desde las rivalidades individuales hasta la violencia social, pasando por las discordias domésticas y los enfrentamientos grupales. Estas y otras constataciones hacen muy complejo el funcionamiento del sistema institucional, resultando difícil tomar distancia para analizar con objetividad instituciones que nos incluyen y que aparecen como anacrónicas y obsoletas. En línea con esta interpretación, surge la pregunta pertinente. ¿Hasta dónde y cómo la cultura instalada puede conducir los conocimientos y dirigir las acciones de una sociedad más que turbada, confundida? Sin pretender abordar aquí y ahora la cuestión de saber si el diagnóstico es correcto para unos e incorrecto para otros, se estaría advirtiendo que tanto los teóricos como los prácticos multiplican sus esfuerzos tratando de desentrañar las raíces de una crisis institucional que se ha convertido en un verdadero enigma.

Tratando de dibujar el rostro de la crisis, repasaremos, desde lo menos a lo más y en aproximaciones sucesivas, cinco de sus factores relevantes: Tensiones en la arena política; falta de consenso estratégico; ausencia de “modelos de vida”; malestar en la cultura; crisis en la sabiduría convencional.

Texto correspondiente al capítulo 1 “El malestar en la cultura y la crisis en las instituciones” del libro del autor El futuro también importa (…)

Dibujado el marco general de gran alcance correspondiente al subsistema Comunidad internacional – Orden mundial, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos analíticos de reducido espectro y alta especificidad que, vinculados a las representaciones institucionales, se investigan desagregados del conjunto*. De nuestra Guía de Datos Culturales, seleccionamos los campos directa o indirectamente concernidos por las pautas de institucionalización correspondientes al mencionado subsistema Comunidad internacional – Orden mundial. Para el segmento Política exterior: Integración regional; “Interés nacional”; Seguridad nacional; Neutralismo, no alineamiento; Cooperación internacional; Seguridad colectiva; Derecho internacional; Derechos humanos; Estrategia internacional; Equilibrio de poder; Desarme y disuasión; Geopolítica; “Detente” y “Guerra Fría”, Paz y Guerra. Para el segmento Comunidad internacional : Aislacionismo; Alianzas; Resolución de conflictos. Para el segmento Vida internacional: Diplomacia y Derecho diplomático; Servicio exterior; Estilo y “perfil” diplomático; Actores internacionales; Organismos internacionales; Negociaciones internacionales.

* Extractado del libro de Alberto Castells, El futuro también importa, de próxima publicación.

Dibujado el marco general de gran alcance correspondiente al subsistema Corporaciones – Organizaciones, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos analíticos de reducido espectro y alta especificidad que, vinculados a las representaciones institucionales, se investigan desagregados del conjunto*. De nuestra Guía de Datos Culturales, seleccionamos los campos directa o indirectamente concernidos por las pautas de institucionalización correspondientes al mencionado subsistema Corporaciones –Organizaciones. Para el campo Sindicatos: Movimientos sociales. Oficios y profesiones. Derechos constitucionales. Derecho Laboral. Política laboral Negociaciones y convenios colectivos. Acción directa. Poder corporativo. Para el campo Empresariado: Derechos constitucionales. Derecho empresarial. Economía y Finanzas. Política económica. Organizaciones. Asociaciones comerciales Acción directa. Lobbyes.. Cárteles. Negociaciones y convenios colectivos. Para el campo Medios de comunicación: Derechos constitucionales. Política pública. Opinión pública. Sociedad de masas. Imagen. Difusión. Socialización. Etica de la comunicación. Controles autónomos y heterónomos. Medios. Arte. Cinematografía. Periodismo. Tecnología aplicada. Medios electrónicos Para el campo Fuerzas Armadas : Derechos constitucionales. Derecho militar. Organización militar. “Militarismo”. Política militar. Armamentismo y desarme. Intervención militar. “Golpes de Estado” y Gobiernos de facto. Valores de la vida militar. Relaciones civiles-militares. Profesionalismo y “politización”. Para el campo Religión : Iglesias. Cultos. Sectas. Canonística. Constitucionalismo. Teología. Relaciones Iglesia-Estado. Profesiones religiosas. Clérigos. Seglares. Sociología religiosa. Para el campo Asociacionismo : Derechos constitucionales. Asociación voluntaria. Asociación obligatoria. Movimientos sociales. Organizaciones. Control social y político. Asociaciones específicas. Organizaciones No gubernamentales.
* Extracto del libro de Alberto Castells, El futuro también importa, de próxima publicación.

Dibujado el marco general de gran alcance correspondiente al subsistema Política – Gobierno – Estado, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos analíticos de reducido espectro y alta especificidad que, vinculados a las representaciones institucionales, se investigan desagregados del conjunto*. De nuestra Guía de Datos Culturales, seleccionamos los campos directa o indirectamente concernidos por las pautas de institucionalización correspondientes al mencionado subsistema Política – Gobierno – Estado. Para el segmento de “lo” político: Sistema-subsistema político. Poder. Proceso. Comportamiento. Legitimidad. Para el segmento de “la” política: Comportamiento. negociación y consenso. Regulación del conflicto. Comunicación política. “Despolitización”. Civismo y espíritu público. Para el segmento Relación Sociedad-Estado: Constelación de poderes. Factores de poder y grupos de presión. Para el segmento Relación Estado-Mercado: Política económica. Actores políticos-actores económicos. Sistemas y regímenes políticos. Para el segmento Estructura del Estado: Dimensión del Estado. División de poderes. Cometidos del Estado. Para el segmento Poder Ejecutivo: Organización y funcionamiento. Presidente. Liderazgo. Jefatura. Ministros y Ministerios. Para el segmento Administración Pública: Organización y funcionamiento. Función pública. Proceso administrativo. Comportamiento administrativo. Agencias gubernamentales. Entes centralizados y descentralizados. Para el segmento Poder Legislativo: Organización y funcionamiento. Función legislativa. Función de control. Perfil del legislador. Sistema normativo-legal. Técnica legística. Para el segmento Poder Judicial: Organización y funcionamiento. Sistema-subsistema judicial. Función interpretativa normativa-legal. Perfil del juez. Para el segmento Forma de Estado: Centralización-descentralización. Ciudad-Administración metropolitana. Regiones, Provincias, Municipios. Administración local. Para el segmento Mediación Política: Partidos políticos. Frentes y coaliciones. Clase dirigente y actores políticos. Carrera política y reclutamiento. Representación y participación. Sistema electoral y comportamiento electoral. Para el segmento Sistema y Régimen político: Democracia y autocracia. Soberanía del pueblo y representación. Regímenes políticos comparados. “Estado de Bienestar” “Estado Constitucional de Derecho”. Para el segmento Escenarios simbólicos: Cultura política. Pensamiento político. Creencias e ideologías. Mensaje y comunicaciónpolítica.

* Extracto del libro de Alberto Castells, El futuro también importa, de próxima publicación.