El mundo de la época – La situación del país

Comunicación efectuada en la Universidad de Belgrano, en el marco de la Convocatoria Procuin : Historia, Cultura y Nación
14 de septiembre de 1995

DESIDERATA

Escenario 1

El mundo de la época – La situación del país

El imperativo contemporáneo de la globalización planetaria interpela a los analistas institucionales y les invita a recorrer el itinerario para observar la situación del mundo y analizar el estado del país, tomando como período de corte el complejo siglo XX. Se admite sin discusión que los acontecimientos a escala universal gravitan en la conformación de las sociedades particulares, proyectando sus fortalezas o trasladando sus debilidades. Cabe preguntarse entonces hasta qué punto la situación mundial del siglo XX influyó en la Cultura institucional de la Argentina contemporánea.

El registro selectivo de los formidables acontecimientos ocurridos en el mundo suministrará a los teóricos la evidencia empírica requerida para el análisis interpretativo y dará a los prácticos una comprensión ilustrada de la magnitud de los problemas.

El mundo de la época

  • Desde este mirador preliminar proponemos observar el rol del hegemon y su evolución, poniendo la mente en cinco tendencias mundiales cuya gravitación nos pareció relevante por el impacto que debieron tener en la evolución de las instituciones del país. Tales fueron: Los procesos tecnológicos en gran escala, el colapso del sistema mundial, la expansión de las grandes corporaciones, el incremento de los conflictos sociales y el protagonismo activo de los gobiernos. Cada una de esas tendencias podría atraer la mirada de los teóricos y prácticos que trabajen en Cultura institucional.
  • Ante todo proponemos hacer un rápido recorrido por la evolución tecnológica del siglo XX. Se sabe que la revolución científico-tecnológica se expandió por los cinco continentes, transformando radicalmente el modo de vida de las sociedades transmisoras y de los pueblos receptores. También se sabe que no se llegó repentinamente a ese estado actual de cosas, sino que fue el producto de una dilatada historia cuya mayor impronta se dió en el convulsionado siglo XX. En directa relación con tales mutaciones invitamos a los especialistas a que registren la evolución tecnológica en dos de sus niveles principales: la tecnología en su dimensión estratégica y la tecnología a escala humana. Ese progreso material y moral en expansión se instaló en nuestro medio, convirtiéndose en un importante factor de influencia que justifica la observación.
  • La información provista por los estudiosos revela que la revolución tecnológica tuvo una incidencia decisiva en las dos grandes conflagraciones mundiales ocurridas en el siglo XX. Convengamos que este escenario preliminar debería reparar en los cuatro grandes momentos, unos antecedentes y otros consecuentes, que quebrantaron la armonía de las naciones y la concordia entre los pueblos: la primera guerra mundial ocurrida entre estados altamente organizados; en un contexto de crisis económica mundial provocada por la depresión generalizada y el crack financiero; la segunda guerra mundial que tuvo incidencia y repercusión catastrófica en todos los países del planeta; la “guerra fría” entre dos potencias que se enfrentaron acantonadas en sus modelos contrapuestos y fundadas en sus ideologías irreductibles. El registro de tales acontecimientos, que conmocionaron el siglo XX, queda justificado por las implicancias que debieron tener en la Cultura institucional del país.
  • Los países mejor preparados para obtener el control de recursos en gran escala, fueron los que lograron posicionarse como las nuevas potencias dominantes que intentaron desplazarse hacia zonas estratégicas de mayor influencia. La investigación de este módulo preliminar debería asignar un lugar destacado al fenómeno de la “gran escala” que pasó a conducir el desenvolvimiento económico mundial. Tres realidades económicas ocuparon la escena del siglo XX y justifican su registro: la “gran compañía” como instrumento de sus propietarios y proyección de sus personalidades; la “empresa transnacional” abastecida por la fenomenal inversión de capitales; el “nuevo estado industrial”, activo productor de bienes y servicios. La expansión de las grandes corporaciones a nivel mundial se presentará también como un abordaje necesario para poder entender la Cultura institucional del país.
  • La era de la “gran escala” también incidió en los movimientos sociales que se sucedieron a lo largo del siglo XX, ocupando un lugar relevante en este escenario preliminar. La presencia de acontecimientos sometidos a ciertas condiciones históricas y al flujo de contingencias variables, dan cuenta de un panorama conflictivo que reclama la observación a través de dos dimensiones relevantes: La cuestión obrera en las primeras décadas del siglo, en que las masas indigentes buscaban construir su identidad; y la protesta social contemporánea, donde importa analizar las estrategias que las masas excluídas adoptaron en su paso por la historia. La protesta social ocurrida a nivel mundial se prolongó en las organizaciones vernáculas que, directa o indirectamente, influyeron en la Cultura institucional del país.
  • Durante el siglo XX los gobernantes fueron conductores de un Estado protagónico e intervencionista. Esta impronta caracterizó a todos los sistemas políticos que funcionaban en el mundo. En el inventario propuesto para este escenario preliminar debería ocupar un lugar destacado el “mosaico” de Estados bajo la forma de las “democracias liberales”; los “capitalismos autoritarios”; las “dictaduras socialistas”; los “populismos del tercer mundo”. En el interior de cada una de esas categorías convendría registrar las formas de organización y funcionamiento de los Estados, trazando la fisonomía general de sus instituciones. Esa constelación de regímenes políticos y formas de gobierno, ¿qué ejemplaridad pudo haber tenido en la convulsionada vida política del país? En la Argentina del siglo XX la Cultura institucional, aunque sometida a las circunstancias vernáculas, debió soportar las condiciones impuestas por los poderes dominantes instalados en el planeta.

La situación del país

  • La Argentina fue uno de los países del continente que recibió con mayor impacto las transformaciones planetarias que acompañaron al siglo XX, afectando casi todos los órdenes de la vida económica, política y social. La intensidad de los cambios provocó tensiones y contradicciones entre las formas tradicionales y las tendencias emergentes que terminaron por afectar la Cultura institucional de raíz fundacional.
  • Sin pretender agotar la descripción del estado social del país, sugerimos observar el rostro de las instituciones a través de aquellos lugares que extendiéndose por la urdimbre del tejido social marcaron la fisonomía de la sociedad, afectaron sus formas institucionales y plantearon interrogantes de carácter cultural. Esto aceptado, el cuadro de situación podría ceñirse a cinco sectores de alto significado: escenario económico, estructura social, estatuto de las personas, marco político y horizonte cultural.
  • Un primer abordaje al escenario económico del siglo XX sugiere observar el tránsito de la sociedad tradicional a la sociedad moderna cuyo contexto global se vió afectado por la crisis mundial y cuyo desempeño registra tres instancias relevantes: Los períodos de auge económico que tuvieron por causa la primera y segunda guerras mundiales, toda vez que crearon las condiciones propicias para una fuerte entrada de divisas en beneficio del país. Las crisis cíclico-estructurales provocadas por el estancamiento progresivo de la economía vernácula, al dejar al descubierto viejas rémoras que aceleraron el empobrecimiento absoluto o relativo del país El comportamiento económico desviado, cuyas formas modernas de corrupción tienen sus antecedentes en las inveteradas transgresiones que se pierden en los laberintos de la historia.
  • Un rápido pasaje por la estructura social permitiría advertir los efectos insospechados provocados por la crisis general en tres segmentos representativos que merecerían un atento examen: El crecimiento demográfico y la “metropolización”, con irrupción de la sociedad de masas en sus múltiples manifestaciones granurbanas. La evolución de las clases sociales con un sector privilegiado poseedor de la mayor parte de la riqueza y grandes mayorías con niveles de vida oscilando entre la escasez y la pobreza. Una población marginal en constante crecimiento, con migrantes extranjeros primero, y migrantes rurales después, todos instalados en la periferia de los grandes poblamientos urbanos.
  • Como en otras partes del mundo, el estatus de las personas sufrió la influencia de las grandes transformaciones operadas en el siglo XX. En este rubro proponemos la observación de la familia cuyo modelo tradicional se fue desdibujando poco a poco, así como el registro de varios factores que influyeron en la transformación de sus clásicas funciones. También importa registrar la posición de la mujer, calificada según su estatus de clase alta, media o baja; reparando en las distintas situaciones de cambio a través del tiempo y ocurridas a través de sórdidas e inadvetidas revoluciones. Un espacio susceptible de registro correspondería al emergente mundo joven, que transitando caminos innovadores pretendió soluciones para una sociedad construída sobre “bases anquilosadas” y “silencios estructurados”.
  • ¿En qué medida las grandes transformaciones planetarias vinieron a modificar el orden político de raiz fundacional? ¿Qué variables provocaron la inestabilidad de los gobiernos y qué constantes permanecieron subsistentes? Tres espacios de realidad tienen asignado un lugar de observación. Un primer momento invita a analizar el contexto dinámico de cambio que vino a modificar la configuración social, provocando el desmadre del sistema político que había dado sustento a la pretérita “república de los notables”. Seguidamente interesa ponderar el inalterado protagonismo del Estado, considerado desde siempre como el basamento estratégico de la vida institucional del pais. Por último, y como nota saliente, directa o indirectamente vinculada con la complejidad del siglo, merecería especial atención la disfuncionalidad de la práctica política provocada por los antagonismos, manifiestos o latentes, tantas veces registrados a lo largo de la historia.
  • En el campo específico de la cultura, llama la atención que el siglo XX haya descuidado el llamamiento sarmientino de “educar al soberano”, resultando preferencial, por contraste, el análisis de las carencias educativas, la trama de nuevos lazos sociales; la irrupción de la multiculturalidad declarada. Así, en materia educativa sería de alta prioridad observar el papel del educador insuficientemente valorado y, a partir de ahí, los efectos y consecuencias subsiguientes en la formación del ciudadano. En la trama de los lazos sociales, interesaría analizar el abandono de viejas tradiciones hereditarias y parentales, para dar paso a nuevos vínculos fundados en adscripciones mediáticas y solidaridades masivas. En materia de diversidad cultural interesaría retener las normas, preferencias y valores que, reemplazando a los que gozaban de antigüedad y prestigio, resultan funcionales con un mundo sometido a implacables transformaciones.

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Dibujado el marco general de gran alcance, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos de reducido espectro y alta especificidad, vinculados a las representaciones institucionales pero presentados desagregados del conjunto.

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En oportunidad de disponerse la contratación de los trabajos con cada especialista-sintetizador, la Hoja de Consulta y el Cuestionario se ajustarán a baterías de preguntas específicas, a fin de alcanzar una comprensión científica de las pautas de institucionalización más representativas del rubro cultural en ejecución.

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Corresponde al cap. 8 La reconstrucción de escenarios institucionales, en libro del autor El