Corporaciones – Organizaciones

Exposición efectuada en el Centro de Estudios Estratégicos “Instituto Tte. Gral Riccheri”
Comando de Institutos Militares
2 de mayo de 2002

DESIDERATA

Escenario 7

Corporaciones – Organizaciones

Al imperativo de articulación del tejido social mediante acciones asociativas, influencias corporativas, formas de control social, acceso a los centros de poder con gravitación en los comportamientos individuales, en las orientaciones sociales, en las decisiones políticas, corresponde el concomitante sub-sistema cultural de Corporaciones – Organizaciones -. Se propone una mirada analítica hacia ese espectro de gran escala con retención de representaciones institucionales a partir de cada objeto susceptible de observación.

La aplicación del instrumento conceptual apoyado con la metodología apropiada permitirá alcanzar la congruencia necesaria entre la constatación empírica y el modelo referencial.

Corporaciones

  • Hoy, como siempre, las compañías comerciales y las empresas industriales se unen a través de asociaciones, cámaras y corporaciones, en defensa y promoción de los intereses generales y particulares del sector, actuando dentro de las fronteras nacionales o incursionando en el campo internacional. En este segmento de cúpula habría que empezar por identificar las grandes constelaciones empresariales, analizando los factores de influencia que aplican en función de la fuerza que detentan. Factores de influencia que impactan en la interioridad del sector y que repercuten en el conjunto social. Entre los primeros -factores ad intra- interesa poner la mira en las actividades asociativas donde importan fundamentalmente los escenarios instalados, entre otras finalidades, para el intercambio de información, el asesoramiento técnico, la discusión de los problemas de interés común. Entre los segundos -factores ad extra- interesa incursionar en variables tales como la magnitud de las empresas corporativamente agrupadas, tanto en potencial económico como en capital social; el soporte organizacional donde cuentan la calidad de los dirigentes y la red de vínculos corporativos; la reputación institucional alcanzada mediante acciones en común y la imagen pública alcanzada a través de su política promocional. En otro orden de cosas, conviene atender a las estrategias aplicadas a través de acciones dirigidas tanto al aparato estatal como a la opinión pública. Respecto del aparato estatal, es de interés analizar factores tales como la presión corporativa ejercida sobre las decisiones políticas; la aplicación de mecanismos de persuasión; la ejecución de medidas de acción directa; la actuación de los lobbies y trusts en la búsqueda del beneficio sectorial o personal. Ante la opinión pública, resultará propicio analizar las campañas publicitarias dirigidas al consumidor; la incidencia de los formadores de opinión; las acciones de legitimación social respecto del lucro empresario. En todos los rubros registrados es de interés rastrear el papel que juegan las relaciones públicas y la comunicación institucional cuyo ejercicio y manejo impactan por su impresionante influencia.

Sindicatos

  • El tratamiento de las corporaciones con presencia activa en la sociedad argentina, coloca en lugar destacado al movimiento obrero, cuya habilitación constitucional, formas legales de actuación y estilos de acción directa están dirigidos a procurar su natural finalidad muchas veces desvirtuada: defender los derechos de los trabajadores. La observación del sector “de cúpula” reclama la atención acerca del papel protagónico desempeñado por los sindicatos argentinos sometidos a las variables condiciones históricas, a los sorprendentes avances tecnológicos, al constante flujo de los acontecimientos. Siguiendo el orden lógico, se propone la observación de la estructura y gobierno de las organizaciones laborales, empezando por los sindicatos locales de primer grado, pasando por las federaciones de segundo grado y terminando por las confederaciones de tercer grado, con todas las variantes desarrolladas en cada uno de los niveles, a fin de adaptar las actividades de las organizaciones a las necesidades de cada tiempo y lugar. Un subsiguiente factor de análisis apunta a las estrategias reivindicativas que el movimiento obrero va adoptando para su propia defensa y preservación, desde los fuertes desbordes “revolucionarios” del pasado hasta los débiles “regateos” salariales del presente, con todas las modalidades intermedias adoptadas en su intenso paso por la historia. Por último, dos factores exógenos merecen un registro atento por su inmediata vinculación con la fuerza del trabajo y el protagonismo sindical. En primer lugar, interesa observar la participación de los sindicatos en la gestión empresarial, a partir de la consagración constitucional de sus derechos “programáticos”. En segundo lugar, conviene rastrear la actuación política del movimiento obrero según modalidades de intensidad variable: desde el protagonismo extremo a través de la “patria sindical”; hasta la “inclinación genuflexa” hacia los gobiernos de turno. Las apreciaciones finales del segmento podrían dedicarse a las transformaciones que se van operando en la filosofía, perfiles, intereses y conductas del movimiento obrero, a medida que sus fuertes pilares reivindicativos se enfrentan con los cambios que van ocurriendo en la sociedad global.

Medios de Comunicación

  • El subsistema asigna un lugar destacado a los medios de comunicación, entendiendo por tales las instituciones mediante las cuales grupos sociales especializados se sirven de instrumentos técnicos -prensa, radio, cine, televisión- para comunicar mensajes a universos heterogéneos y dispersos. Como disparador inicial se sugiere analizar qué estratos culturales son atraídos por los medios de comunicación, teniendo en cuenta que la diversidad de públicos entraña alternativas diferentes en materia de elencos, contenidos y programaciones que se reflejan después en sus efectos, consecuencias y resultados. También se propone indagar en los cánones estéticos, distinguiendo entre comunicación de “masas” y de “élites”, en función de la dimensión auditiva -rating- en virtud de la cual se instala una comunicación genérica para el público “masivo” e indiferenciado; y una comunicación especializada para sectores “cautivos” y segmentados. Al atender al formidable protagonismo atribuído a los mass-media, interesa registrar los efectos de la acción comunicativa sobre la sociedad, poniendo atención en las actitudes y comportamientos de las audiencias y sus públicos específicos. La mira de observación puede dirigirse entonces al control social aplicado a través de dos efectos mediáticos aparentemente contradictorios: por un lado, el efecto cambio provocado en los intereses, actitudes y comportamientos de públicos desorientados y vacilantes la gente turbada y desorientada; por otro lado, el factor refuerzo provocado en las normas, hábitos y conductas que se encuentran fuertemente instalados en la gente. En esa línea proponemos centrar la atención en los medios audiovisuales, exhibiendo su acción mediática bajo la forma de comunicación persuasiva o actuando sus agentes como factor de persuasión. Entre las variables que reclaman la observación se proponen las siguientes : efectos sobre la opinión que las personas se forman acerca de los asuntos de interés público; efectos producidos en los gustos estéticos de las distintas cohortes generacionales; efectos en la focalización de la opinión sobre fenómenos de la existencia cuando tal opinión ya existe; efectos en la provisión de fórmulas para que la pasividad o la actividad de cada cual agudice su tendencia propia; efecto de la construcción mediática del acontecimiento como productor de ejemplaridad y seguimiento. Causas y efectos, entre muchos más, que se entremezclan, toda vez que el auge de los medios queda inseparablemente ligado a la irresistible evolución de las culturas.

Fuerzas Armadas

  • El espacio institucional ocupado por las Fuerzas Armadas remite ante todo a las relaciones entre civiles y militares, en alusión al papel que cada uno de los dos conjuntos ciudadanos vinieron desempeñando en la Argentina del siglo XX. Noción relacional que algunos consideran “poco afortunada”, toda vez que sugiere una dicotomía automática entre la sociedad civil –genérica- y la sociedad militar –específica-. Sin embargo, el caso argentino justifica un primer abordaje en esos términos un tanto sugerentes: ¿Existe una identidad lógica y sociológica entre la sociedad civil y la sociedad militar?. Supuesta la respuesta afirmativa cabe un segundo abordaje ¿Cómo se presentaron en nuestra historia ambas sociedades: diferenciadas o identificadas; enfrentadas o solidarias? Varios segmentos interesa derivar a partir de este campo de observación. En primer lugar proponemos plantear dos contrastaciones indiscutidas entre civiles y militares: Por un lado, diferenciación genérica y estructural en las relaciones entre las Fuerzas Armadas y la Sociedad; por el otro, diferenciación específica y coyuntural entre los “altos mandos” militares y los líderes de otros estamentos. Seguidamente, sugerimos poner la mira en las creencias, actitudes y valores cultivados por el estamento militar -según la visión de los especialistas- donde dos posiciones culturales se entrecruzan: una visión en clave tradicional-conservadora, según unos; visión en perspectiva moderna-innovadora, según otros. Sin solución de continuidad interesa abordar la misión, propósitos, objetivos y funciones de las Fuerzas Armadas tantas veces sometidos a entredicho a lo largo de la historia: ¿Las fuerzas armadas constituyen organismos profesionalizados y subordinados al Estado o cumplen una función calificada por algunos de “mesiánica” y de “salvación nacional”? ¿ Cuál es el papel del soldado tradicionalmente dedicado “al estudio y la práctica de la guerra” ofensiva o defensiva? ¿Qué planteamientos responden a la situación de la Argentina actual? Una ulterior observación, entre muchas más, remite a la intervención militar en política, cuyo análisis corre por dos andariveles tan inconfundibles como inseparables: la crisis de gobernabilidad, cuya causa principal se agota en la propia sede política cuando se genera el “vacío de poder”; y la intervención militar cuando se trata de “restaurar el orden público”. El llamamiento a las armas y la amplia variedad de sus formas ingresan en este subsistema con especial cuidado y prevención en razón de su complejidad estructural.

Iglesia

  • Si se define a la religión como un sistema de control social que proporciona a los individuos modelos de conducta para sí mismo y para el mundo, resulta explicable que las organizaciones eclesiales influyan en prácticamente todas las actividades humanas, sean individuales o sociales. La presencia de lo religioso se expresa con preferencia a través de cuatro ejes que sugerimos registrar. En primer lugar la captación de la “posición política” asumida por el estamento religioso cuyo orígen responde, entre otras, a las siguientes causas: recurrencia a principios sagrados para atribuir legitimidad a la autoridad política en su orígen, ejercicio y resultado; monopolio eclesial de los objetos morales que comprometen el interés general de la sociedad civil; desarrollo de programas eclesiales que entran en vínculo conflictivo con la legislación secular o contrarían los sentimientos de amplias mayorías. Pensando en tales situaciones y en los conflictos eventuales entre el poder religioso y el poder civil, resulta de interés el registro de las propuestas alternativas, destacándose por su importancia la estrategia de autonomía y cooperación entre las Iglesias y los Estados, adoptada por la mayor parte de los países occidentales. En segundo lugar, merece atención el comportamiento individual e institucional de los clérigos, teniendo en cuenta el ascendiente que el factor religioso tiene sobre los pueblos. En ese rubro las religiones organizadas se enfrentan con el problema de recuperar posiciones de utilidad e influencia en sociedades que hoy se encuentran descreídas y secularizadas. Ante tal situación procede analizar, en tercer lugar, las actividades ad extra que los clérigos se ven obligados a desempeñar más allá de los ministerios específicamente propios de la vida eclesial. Por último, merece atención la vinculación entre los clérigos y los fieles, toda vez que los unos reclaman a los otros compromiso y participación. En la Argentina de ayer y de hoy, el factor religioso y la organización eclesial son considerados puntos centrales de proyección institucional.

“Tercer sector”

  • Un espacio preferencial es asumido por el “asociacionismo”, corporizado en agrupaciones voluntarias constituídas por colectivos de personas que tienen por objeto realizar actividades que son de interés común para sus miembros. En la actualidad el tradicional asociacionismo se expresa en el llamado “tercer sector” donde proliferan, entre otras, las llamadas organizaciones no gubernamentales. Los aspectos socioculturales cuyo registro consideramos de interés atienden, en primer lugar, a la distribución de esas asociaciones voluntarias cuyo mayor desarrollo se concentra en los grandes aglomerados urbanos del país. La clasificación de los distintos tipos de asociaciones, de interés para nuestro propósito descriptivo, comprende tres grandes campos: el segmento mayoritario, que sirve a los intereses de las principales instituciones de la sociedad, como las asociaciones profesionales, científicas, empresarias, educativas, laborales, rurales; el segmento minoritario, que corresponde a importantes sectores de la población, como las feligresías, clubes de aficionados, agrupaciones étnicas;el segmento medio, que liga a sectores de la sociedad, como las de padres y maestros, de bienestar social, de interés cívico y de servicios comunitarios. El interés clasificatorio se conecta con los procesos organizacionales, donde importa fundamentalmente la institucionalización de las agrupaciones a través de las cuales se establecen normas orientadoras para el comportamiento de los miembros y de terceros. También es puesta de relieve la importancia sociocultural alcanzada por el “asociacionismo” cuando se analizan las funciones que los grupos voluntarios realizan en beneficio de cada uno y del conjunto. La afirmación de los valores individuales; la integración del “yo” en el “nosotros”; la adquisición de capacidades personales, figuran entre los productos culturales más notables en orden a la realización individual y grupal. La concreción de los fines asociativos; las contribuciones corporativas al interés general; la “presión” legítima sobre el orden establecido, figuran entre los beneficios más frecuentes en favor del conjunto societal. Respecto de esta última función, llevada a su máxima expresión, se sugiere incorporar el registro de los llamados “movimientos sociales”, formales e informales, que luchan para trastocar el orden existente e instalar sistemas radicalmente diferentes. En este segmento, sugerimos poner la mira en las formas que adquiere la protesta social ejercitada según modalidades de cooperación, negociación, oposición o resistencia.

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Dibujado el marco general de gran alcance, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos de reducido espectro y alta especificidad, vinculados a las representaciones institucionales pero desagregados del conjunto.

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En oportunidad de disponerse la contratación de los trabajos con cada especialista-sintetizador, la Hoja de Consulta y el Cuestionario se ajustarán a baterías de preguntas específicas, a fin de alcanzar una comprensión científica de las pautas de institucionalización más representativas del rubro cultural en ejecución.

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Corresponde al cap. 8 La reconstrucción de escenarios institucionales, en libro del autor El futuro también importa (…)