Política – Gobierno – Estado

Exposición efectuada en las Jornadas Metodológicas – Instituto “Ambrosio L. Gioja” – Facultad de Derecho – Universidad de Buenos Aires
9-10 de marzo de 2006

DESIDERATA

Escenario 6

Política – Gobierno – Estado

Al imperativo de realización del orden social deseable y mantenimiento de la mínima convivencia como atribución legitima del poder político, corresponde el concomitante subsistema de la Política, el Gobierno y el Estado. Se propone una mirada analítica hacia ese espectro de gran escala con retención de representaciones institucionales a partir de cada objeto susceptible de observación.

La agenda analítica se ofrece como un disparador heurístico en la búsqueda del ser, reteniendo todo juicio de valor que pudiera condicionar la labor del observador.

Lo político

  • Como abordaje de esta primera sección entregamos a la observación el escenario de lo político, visualizado como una realidad degradada, “tan cambiante como el tiempo y tan huidiza como el agua”, cuya captación genera vacilación y desconcierto en la clase política y en la ciudadanía responsable. En directa conexión corresponde examinar la actividad política cuyo carácter “precario y difuso” origina frecuentes situaciones de tensión y de conflicto. ¿Cuáles serán las claves para llegar a una más precisa caracterización de esta dimensión socialmente necesaria? En este rubro interesa analizar el fenómeno de la “despolitización”, esto es, la indiferencia ante lo político y la falta de responsabilidad cívica, como manifestaciones de alta intensidad que viene produciendo fisuras profundas en la sociedad actual. Como interés final de esta sección se sugiere incluir el análisis político de la realidad, practicado por cada cual según las representaciones moldeadas por las propias ideas y creencias, ideologías y doctrinas, con sus variadas interpretaciones, gradaciones y matices.

Estructura del Estado

  • Una segunda sección dirige la atención a la estructura del Estado, donde ocupa un lugar central la organización y funcionamiento de los tradicionales tres poderes. Un primer segmento apunta a la observación del Poder Ejecutivo donde está instalado el debate entre un presidencialismo “fuerte” y un presidencialismo “atenuado”. La opción por uno de los dos sistemas merece permanentes posicionamientos críticos. A continuación el análisis se dirige al Poder Legislativo cuyos polos en tensión oscilan entre un Congreso legislador, enmarcado en un modelo presidencialista de “división de poderes” y un Congreso controlador, contextuado en modelos parlamentaristas de “correlación de funciones”. Por último, es de interés poner la mira en el Poder Judicial cuya ríspida cuestión toca al comportamiento de los jueces toda vez que interactúan con los poderes políticos del Estado. Directa o indirectamente asociado al Poder Ejecutivo procede incorporar el análisis de la Administración Pública cuyos debates académicos y discusiones políticas se vinculan con la modernización y racionalización de la Función Pública, una promesa por siempre postergada. Como problemática estructural que ya es memoria, interesa observar la forma de Estado donde el ideal federal de preservar las identidades regionales se enfrenta con la realidad unitaria y centralista de la “ciudad portuaria”.

Estado, Sociedad, Mercado

  • Muchos tendrán por evidente que Estado, Sociedad y Mercado son tres conceptos semánticos claros y distintos, resultando innecesario todo esfuerzo tendiente a su distinción material y separación formal. Sin embargo, los debates filosóficos y las discusiones políticas soterrados en la historia de las naciones hoy vuelven a cobrar actualidad. En esta tercera sección procede analizar, en primer lugar, la relación entre Sociedad y Estado, donde se presentan dudas conceptuales y realidades complejas que acosan a los teóricos y a los prácticos. La cuestión a resolver sería entonces ¿qué tipo de relación establecer entre Sociedad y Estado en términos de autonomía e integración? En segundo lugar, se presenta el análisis de la relación entre el Estado y el Mercado, donde el frecuente “maridaje” entre los hombres de negocios y los detentadores del poder plantea una dificil ecuación instalada en el centro de la escena. En tercer lugar corresponde pasar a la observación de la dimensión del Estado, visualizado como el Estado “máximo” y el Estado “mínimo”. Es ésta una cuestión de candente actualidad que sigue ganando espacio en la escena política y en el acontecer social.

Mediación política

  • En esta cuarta sección directamente relacionada con la anterior, ganan la atención del observador las formas de mediación política donde la consagración constitucional de institutos de democracia semidirecta, tales como el referendum y la iniciativa popular, actualizan la discusión planteada y no resuelta entre los modos tradicionales de representación y las nuevas formas de participación. Tema central de este segmento empírico es, asimismo, el referido al papel del actor político, supuesto y aceptado que la clase dirigente está recibiendo duras críticas al ser considerada por muchos como el segmento responsable de la crisis global que castiga a la sociedad; con el doble efecto de poner en duda la legitimidad de la clase política y asignar protagonismo a nuevos sujetos sociales. Cuando aun persiste el reclamo popular del “¡que se vayan todos!” toma relevancia la ponderación, positiva o negativa, del comportamiento ético en la práctica política, como insumo a considerar en el establecimiento de un orden social deseable.

Escenarios simbólicos

  • La quinta sección, está dedicada a los escenarios simbólicos, registrándose la contradicción planteada entre la doctrina republicana sustentada en un corpus de valores ideales y conductas virtuosas y el “democratismo residual” resultante de disvalores formales y reglas meramente procesales. Supuesto que es misión del Estado prefigurar el curso de las decisiones y el rumbo de sus acciones, se plantean, al menos, dos interrogantes cruciales: ¿Cómo desentrañar la “voluntad general” y plasmarla en productos políticos funcionales con las demandas sociales? ¿En qué asuntos públicos deberían trazarse estrategias estables y duraderas que, trascendiendo el color político de los gobiernos, respondieran a los intereses vitales de la sociedad?. Los escenarios simbólicos a relevar en esta sección deberían abarcar desde los soportes de máxima: idearios, constituciones y “modelos” hasta los soportes de mínima: decisión política y acto administrativo. Un soporte intermedio de interés para el análisis debería apuntar a los planes de gobierno y políticas públicas, campo de tratamiento asistemático y rubro poco debatido hasta décadas recientes.

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Dibujado el marco general de gran alcance, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos de reducido espectro y alta especificidad, vinculados a las representaciones institucionales pero desagregados del conjunto.

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En oportunidad de disponerse la contratación de los trabajos con cada especialista-sintetizador, la Hoja de Consulta y el Cuestionario se ajustarán a baterías de preguntas específicas, a fin de alcanzar una comprensión científica de las pautas de institucionalización más representativas del rubro cultural en ejecución.

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Corresponde al cap. 8 La reconstrucción de escenarios institucionales, en libro del autor El futuro también importa (…)